Una Feria de Cuento
Somos los alumnos de E.B.O. 3 del colegio BIOS, y queremos contar lo bien que lo pasamos el día que fuimos a ver una FERIA MEDIOAMBIENTAL que hicieron en un sitio muy, muy grande que se llama FIAGA.
La “seño” nos contó, que el viernes 11 de octubre iríamos de excursión a ver una feria, con todos los niños de E.B.O. del colegio. Los mayores habían ido el día anterior y que nos preparáramos, porque allí veríamos cosas muy interesantes.
Todos nos pusimos muy contentos, aunque estábamos algo nerviosos por la salida. A nuestro compañero Rodrigo, le daba un poco de miedo y al principio no quería venir, pero después la señorita le convenció, y todos fuimos al autobús con mucha ilusión.
Salir del colegio era toda una aventura, como esas que salen en los cuentos de dragones y princesas.
Cuando el autobús llegó a la FIAGA, vimos que era un sitio muy, muy grande, tan grande como un castillo y aunque no encontramos princesas, si aparecieron unas señoritas que nos atendieron y nos estuvieron indicando por dónde podíamos ir para ver todo lo que allí había.
Empezamos viendo unos camiones grandes, grandes como dragones, pero no echaban fuego por la boca, lo que hacían era cargar contenedores para llevar la basura y poder reciclarla fácilmente. Eso de reciclar, nos dijeron, que era aprovechar y utilizar otra vez aquellas cosas que ya no sirven, de esta manera gastamos menos cosas nuevas y dejamos todo más limpito.
Todo lo que veíamos en la feria era como de magia, porque convertían las cosas de la basura en cortinas con flores azules, collares y pulseras verdes, monederos, estuches muy chulis y todo lo hacían con botellas de refrescos y con los cartones de leche. Eran tan bonitos que no parecían hechos con envases para tirar. Tenían un árbol adornado con luces de colores, pero las bombillas estaban metidas en frascos grandes de suavizante y detergente. Todo el árbol estaba lleno de botellas rosas, amarillas, azules, parecía un árbol de Navidad, pero con luces de botellas.
También pudimos jugar con una señora que nos puso un mandil de color azul y nos enseñó a hacer tortugas con barro, nos salieron muy bien y era muy divertido hacerlas, fue como jugar con plastilina. Después nos llevaron a un sitio donde estuvimos coloreando unos dibujos y jugamos a colocar tarjetas con dibujos de papeles, de frascos de cristal y de envases de plástico, en unos cuadros grandes de color, cada tarjeta tenía su color, los papeles al cuadrado de color azul, los envases de plástico al amarillo y los tarros de cristal al de color verde, bueno eso lo hacemos también en el cole, pero en cubos de verdad.
Nos dimos una gran vuelta por todos los puestos y nos regalaron pinturas, llaveros y unos contenedores pequeñitos de basura que luego eran sacapuntas. ¡Qué ilusión! Cuando nos encontramos con un montón de juguetes que habían hecho los niños de los coles de Talavera, una casa para jugar, libros gigantes y allí estaba el coche de cajas de cartón que hicieron los chicos mayores de nuestro cole BIOS. Todos los juguetes eran muy bonitos, pero el coche molaba un montón.
Para terminar nos llevaron a una sala donde ponían dibujos animados, salía un robot que nos enseñaba la fábrica donde convertían los papeles viejos, las botellas usadas, los frascos de cristal, todo lo de la basura se transformaba en mochilas nuevas, libros y un montón de cosas nuevas para utilizar otra vez.
Y al final, cuando ya nos volvíamos al cole, un señor que vestía muy elegante, nos dijo que el coche de cartón de nuestro colegio, había ganado un premio por lo bonito que era, y nos hicieron fotos y aplaudimos mucho y nos pusimos muy contentos.
Y como hacía mucho sol, volvimos andando al colegio, nos reímos mucho y hasta cantamos. Llegamos cansados, pero toda la mañana fue maravillosa, una aventura chupi, estamos deseando salir otra vez. Y como dicen en los cuentos, colorín colorado…este relato se ha acabado.