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Acto de Graduación alumnos Bios 2017

Vie, 23/06/2017

Un abrazo para Mariano, Fran y Lorena (Crónica de una Graduación)

Eran las diez y media de la mañana de un caluroso mes de junio talaverano. Segundo día del recién estrenado verano de 2017. Nos dirigimos a la cabecera  del salón de actos, donde ya se encontraba la presidencia del acto, formada por cuatro ilustres profesores del  CPEE BIOS, encabezados por la eterna simpatía de la Directora. Se palpaba la emoción en el ambiente de la sala, ocupada en su totalidad por los alumnos del centro y todos los profesionales  que prestan un impagable servicio en las aulas de este colegio.

Tras unos momentos de espera,  el  acto comenzó al son de la maravillosa  música de Elgar “Pompa y circunstancia”, obra muy apropiada la del compositor inglés para enaltecer este acto. Tras la música unas palabras de Teresa, la directora, exaltando la importancia del acto que se celebraba y la trascendencia que tenía el mismo para los tres protagonistas, de los que hablaré más adelante, “Mariano, Fran y Lorena”, nuestros queridos alumnos que ese día culminaban una etapa de su vida, acompañados de sus padres, hermanos, familiares, amigos y, sobre todo,  arropados por el calor humano de sus compañeros y del abnegado personal que forma parte de este centro y que, desde hoy, y lo digo con todo el cariño y la sinceridad del mundo, forman  parte de nuestras vidas y siempre llevaremos en nuestro recuerdo su magnífica contribución a la felicidad de nuestros hijos. Tienen toda nuestra admiración y nuestro respeto por su extraordinario  trabajo.

A continuación, la intervención del profesor José Luis, que resumió perfectamente los gustos, las aficiones, las inquietudes, las ambiciones, las habilidades, los sueños, en definitiva, las destrezas de personas tan queridas en este centro, como han sido, son  y serán nuestros tres graduados.

Después, con la música de ACETRE, comenzó la proyección de un precioso video, en el que aparecían recogidos los momentos más destacados y brillantes de la trayectoria de estos alumnos por el centro. Durante la proyección,  pudimos observar, sobre todo en los casos de Mariano y Fran, su evolución a lo largo de los años, las distintas etapas de su crecimiento y  la multitud de actividades educativas en las que han participado estos tres destacados alumnos. Me quedo con la principal y acertada definición, aunque matizada,  del rasgo más destacado de la personalidad de cada uno de ellos: “La sonrisa de Fran”, yo diría, si se me permite, “la eterna sonrisa de Fran”; “la inquietud tecnológica de Mariano”, que yo traduciría como “una permanente inquietud por aprender”; y “la energía de Lorena” que  yo transformaría en la expresión “la energía sin fin”. Estas tres expresiones definen correctamente la impronta que dejan en el centro estos tres alumnos y que quedará siempre en el recuerdo de todos.

Ahora, finalizado el video, venía la parte más emotiva del acto. La entrega de la orla, la banda de color verde, el verde que  simboliza la esperanza, y el birrete. Es un momento especial en el que los homenajeados se convierten en el centro de todas las miradas. Los ojos de todos los asistentes convergen, en el momento preciso, en los auténticos protagonistas de esta ceremonia, en Mariano, Fran y Lorena, que se erigen en actores principales de esta ceremonia, como no podía ser de otra manera.

Las emociones se disparan y saltan las lágrimas, que suenan a despedida, pero, también a cariño, a amor, a sentimientos de admiración y ternura, en definitiva, a compartir los momentos de felicidad que se experimentan  al recordar los años vividos junto a ellos en el centro.

Seguimos haciendo historia, y esto es lo importante, historia del colegio y, poniéndome en el lugar de los profesores y profesionales que asisten a este acto, recordando la cantidad de personas , de alumnos maravillosos que han pasado , año tras año, curso tras curso, por el BIOS. Ese recuerdo quedará para siempre en vuestra mente y será, por su emotividad, inolvidable y perdurará en vuestras  vidas, como auténticos profesionales que sois. Y también, por supuesto, nos acompañará  a todos los asistentes durante muchos años. Son actos que se quedan plasmados en nuestra retina para siempre. Son momentos de felicidad entrañable, de sincera celebración, de exaltación de los sentimientos, de emociones disparadas, intensamente saboreadas, desbordadas. Debo confesar que no soy persona de lágrima fácil, pero que, en este delicado acto compartido, llegué a emocionarme y a sentir que aquel acto iba a marcar un antes y un después en la vida de nuestros hijos, pero también en nuestras vidas y en las vidas de todos los trabajadores del centro que han contribuido con su inagotable labor a transmitir felicidad a estos escolares. El empeño, el esfuerzo, la constancia, el trabajo, la asiduidad, la animosidad, la persistencia, la generosidad, la perpetua amabilidad y la inmediata y eficaz respuesta a las inquietudes de estos alumnos por parte de los profesionales, constituyen  los elementos esenciales que hacen posible que, los que se van,  estén eternamente  agradecidos por los valores que les han inculcado en  este centro durante los años que han permanecido  en él.

Se disparan los flashes de los móviles, de las cámaras, que captan instantes inolvidables. Se multiplican los abrazos y los apretones de manos, los saludos, los gestos cariñosos, que son auténticos, sinceros, verdaderos, no impostados.

Queremos que este artículo sirva de homenaje y de agradecimiento a todos los que han hecho posible con su trabajo y su tiempo que este acto sea una demostración de lo orgullosos que nos sentimos los padres y las familias de que nuestros hijos  hayan permanecido en el colegio durante estos años  y de haber percibido en todos los asistentes la emotividad de esta graduación. Ha sido una verdadera demostración de que con la fuerza del cariño se consiguen salvar todos los obstáculos para lograr la felicidad en las pequeñas cosas, en lo entrañable, en lo perdurable, en la fuerza de nuestro corazón. Felicidades Mariano, Fran y Lorena por todo lo que hemos aprendido de vosotros a lo largo de estos años y por la felicidad que nos transmitís a todos.  Que sigáis siendo tan felices como ahora. Vuestra felicidad es nuestra felicidad.  

Fdo. Raúl  García Díaz, padre de Lorena

Fotos de la jornada de Graduación