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Proyecto América. Día de México

Vie, 11/10/2019

DIARIO DE A BORDO.

11 de octubre. Un día antes de lo que cuenta la historia. 10 a.m. de una mañana despejada.

Mar en calma. 

La tripulación ya no sabe cómo matar el tiempo,  pues el desayuno dejó de ser una opción hace ya semanas.

Unos juegan a la taba.  Otros apuestan sus últimos reales al tute…  total: después de meses de dar tumbos por el océano posiblemente nunca más los vayan a utilizar.  Otros, los más soñadores, confían en poder regresar a las Españas con una buena pieza de seda con la que compensar a su esposa por tantos desvelos.

Y yo,  Rodrigo de Triana,  pobre alfarero sevillano,  oteo el horizonte como cada mañana desde que me embarqué en este viaje con la promesa de mi señor  de llevarme al paraíso.

La Pinta es ágil.  ¡Vuela más que navega!.  La Niña y la Santa María han sobrevivido a tan singular travesía y nos siguen de cerca.

Me asomo por la proa…  ¡No puede ser!. Froto mis ojos y vuelvo a mirar.    ¡Sí! ¡Síííííí!

¡TIERRA A LA VISTAAAAAAAAAAAAAA!

Mi señor,  Cristóbal Colón  -conquistador de profesión-,  y dos de sus fieles marineros, Martín Alonso y Vicente Yáñez (conocidos como los Hermanos Pinzón), corren al escuchar mis palabras.

Orgulloso,  mi señor Cristóbal Colón nos coloca en formación y juntos llegamos a pisar tierra.  ¿Qué digo pisar?: ¡a besar tierra!.

Mientras nos recuerda cómo nadie confiaba en su empresa de llegar a las Indias por un camino más corto nos pone los dientes largos hablándonos de las especias que podríamos llevarnos  de vuelta a casa, así como de la seda que tan ricos nos haría a nuestro regreso.

Nos ponemos en marcha para reconocer el terreno a la vez que buscamos a los comerciantes.  Vamos al grano: no hay tiempo que perder.

Detrás de unos matorrales descubrimos unas figuras que,  lejos de llevar turbantes y sedas, van cubiertos de oro de arriba a abajo.  Al vernos tan confundidos nos explican que nuestra brújula nos ha engañado. No hemos llegado a las Indias…  ¡ hemos llegado a un Nuevo Mundo! Ese nuevo mundo se llama América y tiene mucho que aportarnos.

Estos imponentes indígenas nos hablan de sus costumbres.  Las civilizaciones Azteca y Maya tienen su propia cultura,  su propia lengua, sus propias creencias. ¡Qué interesante!

De repente la historia vuela sobre nosotros pasando 527 años de páginas.

Estamos en una cantina Mexicana.  Lo antiguo y lo moderno se mezclan en un ambiente de fiesta. Es momento de explicar cómo en estos 5 siglos se han ido mezclando lo de aquí y lo de allí, lo que esperábamos y lo que nos encontramos,  lo que había y lo que llevamos, lo que enseñamos y lo que aprendimos.

Y como un país no es nada sin su música hicimos un repaso de la historia musical de México. Tres espectaculares mariachis venidos del mismo Guanajuato amenizaron nuestra velada con sus trompetas y su guitarrón.  ¡Vaya marcha!. Nos hablaron de su patrona, Santa Cecilia, e invitaron a nuestros “patronsitos” del cole (el equipo directivo)  a mostrarnos cómo son capaces de entonar el grito regio mexicano. ¡Viva México!.

Frida Kahlo y sus adelitas nos regalaron una preciosa canción que se llama La Llorona.  ¡Qué relindas estaban esas chamaquitas!.

Disfrutamos de la Danza de los Voladores,  una de las pocas tradiciones que se conservan de la época precolombina (es decir:  de antes de que los españoles llegáramos a América).

Vimos cómo se venera a la Virgen de Guadalupe,  patrona de México, y cómo reúne a fieles de todo el país.

Aprendimos el nombre de alguno de los platillos más típicos de México,  como las quesadillas, los tamales, el guacamole o los tacos. ¡Qué ricos!.

Hablamos de una de las fiestas más importantes de México:  el Día de Muertos.  Lejos de dar miedo es un día de alegría,  donde los mexicanos recuerdan a sus seres queridos que ya no están con ellos con velas,  fotos, flores, papel picado y sus platillos favoritos.

Y como despedida toda la comitiva salió de la cantina con una hermosa melodía mexicana.  Era el momento de prepararse para los talleres.

Recreamos México a través de sus deportes y de la lucha tradicional mexicana y elaboramos preciosas piñatas: ¿sabíais que tiene su origen en este país?. También aprendimos sobre las antiguas civilizaciones en el taller de fiesta de aztecas.

Comimos quesadillas,  nachos y fajitas: cualquier calificativo se queda corto…  ¡qué ricoooooooooooo!.

Nos maquillamos cada cual como quiso:  como luchadores o luchadoras, como mexicanas “relindas” o con unos bigotes enormes.

Nos lo pasamos “padrísimo”.

Aprendimos tanto de la cultura mexicana que el trimestre se va a hacer corto para saborear tanta historia.  

¡Buen viaje,  grumetes! 

Puedes ver las fotos de esta actividad haciendo clic en este enlace

Fdo.: Prados González Rodrigo (de Triana)